Todos los que conviven con un perro seguramente han oído hablar de la filaria del perro (o filariosis). Se trata de un parásito nematodo, un gusano redondo que infesta a los animales y, ocasionalmente, a los humanos. Conocer la filaria es, sin duda, la mejor manera de prevenir sus daños.
¿Qué es la filaria del perro?
Cuando hablamos de filaria en los perros (o filariosis), nos referimos en particular a dos especies: Dirofilaria repens y Dirofilaria immitis. La primera es un gusano que puede posicionarse en el tejido subcutáneo o, ocasionalmente, en el ojo. Afecta a los perros, gatos y humanos. La segunda se ubica en las cavidades cardíacas del perro y, ocasionalmente, del gato. Este último tipo de filariosis es el más grave. Como probablemente muchos ya sepan, la filariosis se transmite a través de la picadura de un mosquito, en particular de dos especies: Culex pipiens (mosquito común típico de las noches de verano) y Aedes albopictus (mosquito tigre, presente también durante el día), comunes en las zonas de la llanura del Po, donde se recomienda encarecidamente vacunar a los perros.
Los síntomas
¿Cómo nos damos cuenta de que nuestro perro ha sido picado y ha contraído la filariosis? Lamentablemente, los síntomas, especialmente al inicio, son casi inexistentes y en su mayoría invisibles, ya que el parásito afecta principalmente al corazón. Entre los efectos más comunes se registran problemas respiratorios, pero también trombos y émbolos. Los efectos del parásito se notarán en las etapas avanzadas de la infección: los perros podrían ser intolerantes al ejercicio físico, tener las mucosas cianóticas (es decir, de color azulado) y presentar dificultades respiratorias.
Prevenir la filaria
La buena noticia es que la filariosis puede prevenirse en dos formas: mediante comprimidos o inyecciones. El comprimido es una pastilla que debe administrarse puntualmente todos los meses. El medicamento tiene un efecto retroactivo de un mes, por lo que mata todas las microfilarias (es decir, las larvas) que el perro haya podido contraer a través de la picadura de un mosquito en el mes anterior. La inyección varía en función del peso del perro y protege a nuestro amigo de cuatro patas durante todo el año. También tiene un efecto retroactivo de aproximadamente 4 meses.
Es importante destacar que existen pruebas para verificar si nuestro perro ha contraído la filaria: pruebas de gota gruesa (mediante una gota de sangre) o pruebas rápidas de antígenos. Sin embargo, para cualquier duda, siempre es recomendable consultar a un veterinario, ya que estas pruebas no siempre son fiables.
¿Se puede tratar la filaria?
La filaria es tratable, pero el tratamiento es extremadamente agotador para nuestros perros, y por esta razón la prevención es fundamental. Generalmente se recurre a una terapia con un medicamento a base de arsénico, pero también se puede considerar una intervención quirúrgica mediante un endoscopio coronario. Aun así, el procedimiento no es de los más sencillos, lo que demuestra nuevamente que la prevención es siempre la mejor vía cuando se trata de la filariosis.
¿Es peligrosa la filaria para los humanos?
En el caso de la Dirofilaria repens, los humanos pueden contraer una infección. Sin embargo, no se trata de un evento común, sino más bien ocasional. Dirofilaria repens prefiere como víctimas a nuestras mascotas. Dirofilaria immitis no es transmisible a los humanos.
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