¿Tu perro casi nunca ladra y en general es silencioso? ¿O es solo un período en el que prefiere estar en silencio? Tratemos de entender qué hay detrás de este comportamiento y si debemos preocuparnos en caso de mutismo prolongado.
Los ladridos de los perros son, de hecho, un medio importante de comunicación para expresar estados de ánimo—ya sean positivos o negativos—y para transmitir mensajes (desde el deseo de caricias hasta la necesidad de comida o la expresión del dolor). El hecho de que el perro no ladre puede depender de varios factores, como la personalidad del animal, las experiencias vividas, los supuestos traumas, el tipo de arnés o la raza a la que pertenece.
El perro no ladra por motivos de salud.
Ciertamente, el silencio excesivo puede ser un indicio de malestar físico o psicológico, de posibles problemas de salud. Por lo tanto, siempre se recomienda consultar a un veterinario especializado en comportamiento para una evaluación precisa. La buena noticia es que algunas señales se pueden interpretar y nos ayudan a comprender la situación.
Como se mencionó, si el perro deja de ladrar repentinamente o tiene dificultades para hacerlo, podría haber factores de salud detrás, en particular relacionados con las vías respiratorias o las cuerdas vocales. Entre las primeras y más frecuentes causas de lo que podríamos definir como un comportamiento anómalo se encuentran inflamaciones, infecciones o lesiones. Si observamos otros síntomas como vómitos o postración, debemos acudir de inmediato a un veterinario para que realice un diagnóstico adecuado con su respectiva terapia.
¿El perro tiene problemas de integración?
Un perro recién adoptado o un cachorro necesita más tiempo para acostumbrarse al nuevo entorno y a la nueva familia. Por este motivo, al principio pueden preferir el silencio mientras se adaptan al territorio, se integran y se familiarizan con la nueva situación.
¿Una mascota en silencio? Podría haber sufrido traumas.
Puede suceder que algunos perros se vuelvan poco inclinados a "hablar" y expresar su estado de ánimo debido a traumas o situaciones delicadas del pasado, lo que los lleva a ponerse a la defensiva y aislarse. También en este caso es importante acudir a un veterinario para identificar el camino terapéutico más adecuado para el perro y ayudarlo a superar las dificultades que muestra en el ámbito comportamental.
El collar del perro está demasiado apretado: por eso no ladra.
El collar también puede representar un obstáculo para que el perro ladre correctamente: si está demasiado ajustado, el animal tiene dificultades para emitir sonidos. A este respecto, un arnés en forma de H puede evitar lesiones y favorecer una postura más relajada durante los paseos.
Razas de perros que ladran menos
Algunas razas de perros tienden naturalmente a vocalizar menos que otras. ¿Sabías que el Basenji es conocido como el "perro mudo"? Mientras que los perros de nieve, como el Husky, tienden a aullar en lugar de ladrar para comunicarse. Además, el pequinés, el gran danés, el pastor de Abruzos o el Cavalier King Charles Spaniel son perros que tienden a ser poco habladores.
El comportamiento de un perro puede estar influenciado por varios factores (incluida la edad: los perros comienzan a ladrar entre la segunda y la tercera semana). Comprender el motivo de su silencio es, sin duda, el primer paso para gestionar la situación de manera positiva y actuar correctamente.
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